En esta pequeña casa de color mostaza en el barrio de Linwood en Fort Worth, viven Don Ignacio Hernández y su esposa Fidelina, quien cuida diariamente sus plantas.
Aunque hoy todo luce en calma, hace 25 años, un potente tornado con vientos devastadores los sorprendió, en un abrir y cerrar de ojos.Aunque hoy todo luce en calma, hace 25 años, un potente tornado con vientos devastadores los sorprendió, en un abrir y cerrar de ojos.
"Porque empiezo a mirar ramas, pedazos de lámina, y mis árboles que subían y bajaban hasta que los tumbaron. Yo me apalaqué en la puerta y no dejé que me abriera", recuerda Ignacio Hernández Jiménez.
La tarde del 28 de marzo del año 2000, el tornado de categoría 3 se formó alrededor de las seis de la tarde al noroeste del centro de Fort Worth, Texas.
A su paso destruyó numerosas viviendas, en los vecindarios de River Oaks y Linwood.
Finalmente, el fenómeno meteorológico entró al centro de la ciudad de Fort Worth impactando edificios, destruyendo ventanales y fachadas.
El tornado causó la muerte de dos personas, y dejó ochocientos heridos.
"Un remolino horrible y con miedo me abrió, me abrió las ventanas y yo ni supe. Yo estaba en la puerta. Entró por un clóset, se levantó, tuvo algo que fue un remolino. Le levantó la casa, el hotel, el techo completo, lo levantó y lo puso al otro lado. ¡Que qué fuerza!", agrega Hernández Jiménez.
Doña Fidelina, nos invitó a su casa, esa es la hospitalidad de la gente de Michoacán en México.
“Aquí le traigo un cafecito mexicano pa' que se lo tome”, dice.
Luego ya nos contó lo que vivió ese día que pasó el tornado por su vecindario.
"Ese ruido, fue un ruido horrible, pero era un remolino horrible. Oiga, un remolino feo. Y aquí, en la casa de nosotros, nos la destruyó todo, hizo un agujero por arriba, me sacó las cosas, rompió las ventanas. Este, un árbol que estaba aquí enfrente, lo hizo, lo hizo así, nudo, Y lo arrancó con tu raíz, un árbol grandote. Y aquí atrás nos dejó todas las ramas, no podíamos salir para afuera", sostiene Fidelina Moreno Del Rio.
El tornado categoría tres cruzó a lo largo de este barrio en Linwood, destruyendo todo a su paso, veinte y cinco años después, la única casa que queda es la de la familia Hernández.
Aunque la casa de los Hernández también quedó en muy mal estado, lograron reconstruir con ayuda de los seguros de Vivienda, Con el tiempo todas las demás han desaparecido y ahora alrededor hay edificaciones modernas, sin embargo, la casita de color mostaza resalta la belleza del barrio.
A pocas cuadras estas vigas de acero dobladas han quedado como muestra de la fuerza del tornado. Una pieza de arte también es un recordatorio del fenómeno natural que devastó el área.
Este 28 de marzo de 2025, Donna Fidelina, nos muestra orgullosa sus muñecas mexicanas.
“Está llevando sus pollitos a vender”, allá en Michoacán, continúa diciendo
Mientras don Ignacio continúa cuidando de su huerta, en la casita más linda del barrio.
Por Jean Paul Dávila - Spectrum Noticias Texas
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