EL PASO, Texas. — Maribel Hernández y su esposo, Leonardo Campos, estaban comprando en un Walmart en una ciudad fronteriza de Texas en 2019 cuando un hombre armado, que según dijo quería detener lo que creía era una invasión hispana, los mató a tiros, a ellos y a otras 21 personas.

El lunes, la hija de Hernández, Yvonne Loya González, habló directamente al atacante, Patrick Crusius, después de que éste se declaró culpable de asesinato punible con la pena capital por la masacre de El Paso: "Su ausencia en mi vida ha dejado un profundo vacío en mi corazón".

Está previsto que las declaraciones de los familiares y las víctimas que comenzaron a realizarse el lunes por la tarde continúen hasta el miércoles. Algunos, como Loya González, le dijeron a Crusius que lo han perdonado.

"No tengo más espacio para el odio en mi corazón", manifestó Loya.

Crusius, un joven de raza blanca de 26 años que no terminó sus estudios en una universidad comunitaria, mostró poca emoción, mantuvo la cabeza en alto y los ojos fijos en quienes hablaban. Muchos expresaron la esperanza de que reflexionara sobre sus acciones en prisión.

Crusius, quien vestía un mono a rayas y llevaba grilletes y un chaleco protector durante la audiencia, no se dirigió a las familias al aceptar el acuerdo de culpabilidad, que hizo después de que los fiscales locales aceptaron retirar la pena de muerte de la mesa. Ya está sentenciado a 90 cadenas perpetuas consecutivas por cargos federales de crímenes de odio.

"¿Qué caso tendría perdonar lo simple?"

Liliana Muñoz de Ciudad Juárez , México, dijo que había estado comprando bocadillos para revender al otro lado de la frontera cuando Crusius abrió fuego, cambiando su vida para siempre física, económica y emocionalmente .

En su declaración , que fue leída por alguien sentado a su lado en el tribunal, dijo que solía ser una "persona alegre bailadora", pero ahora tiene miedo cada mañana al despertar. Ahora usa un bastón para caminar y lleva un aparato ortopédico en la pierna para evitar que su pie izquierdo se arrastre.

Me dejó "triste, amargada", dijo.

Pero también lo perdonó, porque "¿qué caso tendría perdonar lo simple?".

"El Paso se levantó, más fuerte y más valiente"

Crusius condujo más de 1.100 kilómetros (700 millas) desde su casa cerca de Dallas para perpetrar el tiroteo el 3 de agosto de 2019.

"Viniste a infundir terror, a quitar vidas inocentes y a destrozar una comunidad que no había hecho más que defender la bondad, la unidad y el amor. Asesinaste a padres, madres, hijos e hijas", dijo el juez estatal de distrito Sam Medrano.

"Ahora, al comenzar el resto de tu vida encerrado, recuerda esto: tu misión fracasó", continuó. "No dividiste esta ciudad, la fortaleciste. No silenciaste su voz, la hiciste más fuerte. No infundiste miedo, inspiraste unidad. El Paso se levantó, más fuerte y más valiente".

Medrano sentenció a Crusius a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Aunque uno de sus abogados, Joe Spencer, dijo al tribunal que "ofrecemos nuestras más profundas condolencias", Crusius no se disculpó explícitamente el lunes por sus acciones.

También el lunes se declaró culpable de 22 cargos de agresión con un arma mortal, con agravantes de violencia y prejuicio, en relación a 22 víctimas que resultaron heridas pero sobrevivieron al tiroteo. Fue sentenciado a 22 cadenas perpetuas adicionales por esos cargos.

"Patrick dejará la prisión únicamente en un ataúd, cuando Dios lo decida", señaló Spencer.

El odio racial alimentó el ataque

En una publicación en un foro en línea poco antes de la masacre, Crusius dijo que el tiroteo fue "en respuesta a la invasión hispana de Texas". Alegó que los hispanos iban a tomar el control del gobierno y la economía.

Antes del ataque, Crusius parece haber estado consumido por el debate sobre la inmigración, publicando en internet su apoyo a la construcción de un muro fronterizo y alabando las políticas fronterizas intransigentes del presidente Donald Trump, quien estaba en su primer mandato en ese momento. Después del tiroteo, Crusius dijo a los agentes que había atacado a mexicanos.

"Se aferró a la retórica de odio, particularmente a las narrativas peligrosas y falsas sobre la inmigración que se repetían en el discurso político", comentó Spencer.

El abogado dijo al tribunal que a Crusius se le diagnosticó trastorno esquizoafectivo, que puede estar marcado por alucinaciones, delirios y cambios de humor. "Su pensamiento se volvió cada vez más disociado de la realidad", aseveró.

"Compartimos esto no como una excusa, sino como parte de la explicación de lo inexplicable", señaló el abogado.

Las personas que fueron asesinadas en Walmart tenían edades que iban desde un atleta de secundaria de 15 años, hasta abuelos. Incluían inmigrantes, un conductor de autobús retirado de la ciudad, un maestro, trabajadores de oficios, incluido un herrero, y varios ciudadanos mexicanos que habían cruzado la frontera de Estados Unidos en viajes de compras de rutina.

El esposo de Adriana Zandri, Iván Manzano, fue asesinado después de cruzar hacia Estados Unidos desde México para ir de compras. Lamentó que su esposo perdiera la oportunidad de enseñar a su hijo a conducir y afeitarse o de entregar la mano de su hija en matrimonio.

"Cuando todo esto sucedió, mi hijo tenía 5 años y mi hija, 9", dijo en su declaración al tribunal. "Lo único que quería era que no crecieran con odio en sus corazones".

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