Las vivencias y recuerdos de un menor de 12 años que junto a su madre llegaron desde Venezuela, recorriendo un largo camino lleno de frustraciones pero con una mochila cargada de sueños y esperanza se repiten en su cabeza.

"Muchas cosas pasaron en el camino, gente que se murió, y eso. Muchas cosas".

Y como ellos, asi han llegado a la ciudad de Nueva York, cientos de miles de migrantes que han sido enviados de los estados de Texas y Florida. 

De acuerdo a estadísticas de la alcaldía desde la primavera del 2022, han llegado a la ciudad más de 140 mil solicitantes de asilo entre los que se encuentran hombres solteros, mujeres y niños de varios países del África como también de Latinoamérica. 

''Esta situación de insostenible, este problema va a acabar con la ciudad de Nueva York", manifestó el alcalde Adams.

Y que luego de darles la bienvenida a los inmigrantes, el alcalde Eric Adam recientemente admitió que la situación se habia convertido insostenible. Dejando a la ciudad sin opciones para dar refugio temporal y creando así un reto migratorio. 

Por su parte, un grupo de manifestantes en Staten Island se oponen rotundamente a recibir inmigrantes indocumentos en un albergue ubicado en unos de sus vecindarios. Una realidad que acecha latente pero que muchos desconocen.  

Verónica Paladinez, inmigrante de Ecuador dice:

"Creo que nadie se imagina a lo qué venimos. Es un país muy duro. No hay que sacrificarse para salir adelante y tener expectativa". 

Asi lo describe Paladinez quien recorrió 16 días en autobus para llegar a Monterrey, México junto a su hijo de 5 años.

Hoy lleva 3 meses viviendo en un albergue en Staten Island. Su deseo dice conseguir un trabajo digno que la ayude a salir adelante. 

"Muy mal porque te discriminan. O sea adelante saliamos para sentarnos, y los de seguridad nos dijo que entramos que no sentarnos allí.  Como estar incerrado en un centro, como en una cárcel", explica.

Entre tanto, Gabriel Costelo lleva más de un mes viviendo en el mismo albergue y también enfrenta la dura realidad de no proveer por sus propios medios el pan a su familia.

"Yo creo que todo el viaje desde que ha sido de Ecuador todo el viaje ha sido duro.Y es duro estar aqui. No es facil, es bien duro. Por la falta de trabajo. La falta de que no se hable uno el ingles", dice este inmigrante de Ecuador.

Un sueño que se ve frustrado tan pronto emprenden el camino en busca de una mejor vida. Son miles los migrantes que arriesgan sus vidas cada día. Algunos en grupos cruzando la peligrosa la Selva del Darién, otros dejando atrás a sus seres queridos, quienes son arrastrados por la corriente del río Bravo. 

Michelle Molina directora ejecutiva del centro del inmigrante en Staten Island nos cuenta como el centro ha servido de apoyo para cientos de solicitantes de asilo que necesitan de sus servicios. Asi como ayuda legal, donde encontrar alimentos, servicios médicos y hasta la búsqueda de familiares. 

"Creo que lo más importante y lo más doloroso es entender que muchas personas vienen aquí con una esperanza o con un sueño. Una esperanza quiza de escapar de algo que estaba sucediendo en sus vidas, que los ha llevado a dejar todo atrás a dejar su familia, su casa, su cultura, su lengua y que hayan tenido que hacer un viaje que posiblemente con esa esperanza o con sueño pero no todas las personas llegan."

"Han tenido que dejar a familiares a un lado y seguir su camino. Sin hacer un entierro apropiado sin decir su adios" agrega. 

No importa la edad, todos y cada uno vienen con la intención de alcanzar cuales fueran sus metas o simplemente escapar del sistema político de su país de origen. 

Mariana Monares es otro ejemplo de una joven madre que salió de un pequeño pueblo de  Oaxaca, México cuando apenas tenía 15 años. Dejando atrás a su familia y lo más preciado a su madre quien falleció sin volverla a ver. 

"Bueno. para empezar lo más difícil dejar a mi mamá y mis hermanos, y igual por no acostumbrarme a un nuevo país, el idioma, empezar de cero", nos cuenta. 

"La mayor parte del tiempo trabajando. Había momentos que si tenía trabajo, trabajaba los 7 días de la semana, a veces doble turno". 

¿Si tuvieras que cambiar la historia que cambiarias? 

"Quedarme en México. Si todo fuera diferente quedarme alla, ha habido muchas cosas a parte de lo que he dicho se hace muy difícil", contesta Mariana entre lágrimas.

Y es que la resiliencia de los inmigrantes es de admirar. 

A pesar de las bajas temperaturas siguen de pie en busca de lograr un estatus migratorio en este país, o un simple permiso que le extienda su estadia en un refugio de la ciudad.