Las protestas que comenzaron en Los Ángeles por las redadas migratorias se están extendiendo por todo el país.
Aunque muchas han sido pacíficas, en algunas manifestaciones hubo enfrentamientos con la policía, arrestos y uso de gases para dispersar a la multitud.
Ante un eventual agravamiento de la situación, el presidente Trump dejó abierta la posibilidad de invocar la Ley de Insurrección, que autoriza al mandatario a desplegar fuerzas militares dentro del país para reprimir la violencia interna o para hacer cumplir la ley en ciertas situaciones. Es uno de los poderes de emergencia más extremos disponibles para un presidente de Estados Unidos.
Manifestantes en ciudades como Dallas y Santa Ana bloquearon avenidas y oficinas federales.
Escenas similares se han visto en Nueva York, Chicago, Boston, Seattle, Austin, Washington D.C., y en Tampa, Florida, donde las protestas se concentraron frente a la alcaldía.
Los manifestantes dicen que están mostrando solidaridad con los inmigrantes detenidos durante las redadas migratorias y con lo que ocurre en Los Ángeles. Un sentimiento que comparten algunos funcionarios en Washington.
“No tiene ni una orden de corte para estos arrestos, no tienen los nombres de las personas que van a arrestar, no están arrestando criminales”, dijo la congresista demócrata de California, Norma Torres.
Una de las protestas más violentas ocurrió en Santa Ana, cerca de Los Ángeles.
La policía local reportó varios arrestos.
Este martes, vehículos blindados bloquearon el acceso al Centro Cívico, donde operan oficinas de inmigración y otras agencias gubernamentales.
La zona amaneció con vidrios rotos, botellas vacías y grafitis contra ICE y el nombre de Trump tachado.
El congresista Lou Correa expresó en X su preocupación por lo que está ocurriendo.
“Por qué tenemos que hacer cosas tan feas, nuestra comunidad está aterrorizada, está enojada, por favor sigan expresando sus derechos, como nos lo da la Constitución de Estados Unidos, pero háganlo con paz”, declaró el demócrata Correa.
En Austin, Texas, varios policías resultaron heridos durante una protesta frente a un edificio federal de ICE.
La policía usó gas pimienta y lacrimógeno después de que manifestantes lanzaran piedras y botellas. Ocho personas fueron arrestadas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, publicó en X que están preparados para proteger a la población y la propiedad del estado.
Desde la administración Trump, aseguran que las redadas continuarán. La secretaria de Seguridad Nacional escribió en X:
“El ICE continuará haciendo cumplir la ley.”
Las autoridades de varios estados aseguran que se mantendrán alerta ante la posibilidad de más protestas en los próximos días.
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