El presidente Biden y su esposa, la primera dama Jill Biden,  se reunieron con familias de víctimas y personal de emergencias en Maine.

Y esto tras el tiroteo masivo ocurrido la semana pasada en ese estado, que cobró la vida de 18 personas.

Biden visitó el poblado de Lewiston para mostrar su apoyo a la comunidad. 

Es algo que se ha vuelto tristemente común en Estados Unidos a pesar de una legislación bipartidista para abordar la violencia con armas de fuego aprobada el año pasado después de otro tiroteo masivo y una serie de órdenes ejecutivas impulsadas por el mandatario para hacer frente a este flagelo. 

El pistolero abrió fuego dentro de un bar y un negocio de boliche en Lewiston, justo al norte de Portland.

El sospechoso fue hallado muerto con una herida de bala presuntamente autoinfligida. 

El incidente reavivó los llamados para la aprobación de leyes más estrictas sobre el control de armas en el país.