Roberto Rodríguez empezó vendiendo flores en la calle…
“Era muy difícil, en realidad era muy difícil, en esa epoca hacia mucho frío y aparte era muy dificil porque había lugares donde no te podías parar, la policía molestaba", contó Rodríguez.
Rodríguez emigró de Puebla en 1988 con la ilusión de encontrar un trabajo con un buen sueldo para regresar a vivir a su natal México.
Su primer trabajo fue vendiendo flores en las calles por cinco años. Su hermano y él se unieron y decidieron abrir su primera florería en Manhattan con la meta de crear una cadena de negocios.
Por un momento, fue dueño de varias florerías pequeñas en Manhattan, Queens y El Bronx pero le resultó muy difícil administrarlas. Decidió quedarse con una tienda, “New York Flowers” en Corona.
“Es difícil lograrlo, de verdad que ha sido muy difícil este trabajo, pero esto es lo que aprendí a hacer, esto es lo que sé hacer y aqui estoy”, agregó Rodríguez.
Fue en el mismo negocio de flores que conoció a su esposa Ada Delfín. Son padres de una hija de 10 años. Y desde que formaron su familia, han impulsado juntos el negocio. Durante la pandemia estuvieron a punto de cerrar.
“No tengo la experiencia que él tiene pero me ha tocado aprender, la necesidad, el trabajo, la responsabilidad que tenemos con el negocio, con los clientes”, explicó Delfin.
El negocio se especializa en crear arreglos de flores para toda ocasión. Las flores son importadas de fincas del Ecuador.
Roberto dice que nunca tomó clases para hacer los arreglos. Le gusta el arte de crear y con eso relajarse.
“Yo he tenido mucho beneficio de las flores y me gusta trabajar con la naturaleza”, dijo Rodríguez.
El consejo que tienen para aquel inmigrante que quiere ser dueño de su propio negocio…
“Yo he visto muchos muchachos trabajar en la calle, igual de la misma manera que yo pero sí los aconsejo a que den un paso más, que no se estancan allí”.