Decenas de personas se congregaron en los alrededores de la plaza del Rockefeller Center para darle la bienvenida al enorme árbol que para Nueva York simboliza el inicio de la época navideña.
Y aunque este año la Alcaldía no permitió el acceso de visitantes, como parte de la medidas de distanciamietno social, una familia puertorriqueña no quiso perderse la oportunidad de presenciar este momento especial.
"Nosotros venimos de Puerto Rico estamos con unas amistades celebrando el cumpleaños de la niña y venimos a ver esto porque esto es histórico", comentoó Axtry Martínez.
La instalación del árbol navideño en Nueva York se realiza desde principios de la década de 1930, cuando el país atravesaba la grave crisis económica de la Gran Depresión.
La tradición continuó a lo largo de los años representando un símbolo de esperanza y resiliencia para los neoyorquinos en momentos de retos como los ataques del 11 de septiembre o el huracán Sandy. Y la pandemia no ha sido la excepción.
Gabriela Sánchez y su hija, que llegaron desde Brooklyn, aseguran que los últimos meses no han sido fáciles pero que la llegada del árbol es motivo para estar agradecidos: "Muy difícil pero gracias a Dios todos bien. Pobre de las familias que han perdido un familiar, que Dios los bendiga".
Mientras que la menor Alisson Ávila, considera: "Me siento muy bien porque es como el espíritu navideño, estamos felices y como están poniendo el árbol y siento que ya es Navidad. Es bonito estar aquí".
Fueron varios los trabajadores que se encargaron en colocar el árbol en esta plaza que hizo su trayectoria en un camión desde Oneanta, Nueva York.
Paula Dick es miembro de la familia que donó el árbol y propietaria del negocio Daddy Ales General Store: "Este año mucha gente necesita mucha esperanza debido al Covid-19. No me daba cuenta de que un árbol que estaba en mi jardín sería motivo tanta alegría para tanta gente en la temporada navideña, así que es un honor".
Paula revela que jardineros cuidaron por casi 4 años este abeto canadiense que mide unos 75 pies de altura.
El pino será adornado con unas 35,000 luces LED y con cristales Swaroski. Su encendido por primera vez será el 2 de diciembre pero no habrá acceso al público.
La Alcaldía aun no ha indicado los detalles o restricciones para que los neoyorquinos puedan visitar el árbol pero se espera un anuncio en los proximos días.
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