Desquiciado llaman muchos motoristas al plan bajo consideración del Departamento de Transporte de cerrar dos carriles de autos en la Quinta Avenida para ampliar las aceras de uno de los puntos más concurridos de la ciudad en las fiestas decembrinas: los bloques alrededor de Rockefeller Center.
"No va a poder nadie viajar aquí en carro, pero por un lado lo veo bien porque ahí están los turistas y también mucha gente, así que creo que va a estar bien. Está bien si es solamente por la etapa navideña", dijo un trabajador de un hotel en Manhattan.
El llamado "Programa de Mitigación del Tráfico Peatonal" solicitado por la Presidencia del condado duraría del Viernes Negro al Año Nuevo y daría 40% más espacio a las casi 20,000 personas caminando diariamente por la zona que comprende entre las calles 48 y 51.
"Yo creo que es casi mejor que haya más espacio para los peatones al centro de la ciudades", dijo una visitante al centro de Manhattan.
"Eso congestiona la ciudad. No transitan igual. La gente va a tener que buscar alternativas porque va a estar todo cerrado", dijo otro trabajador.
A pesar de los beneficios que traen a la ciudad los dólares de los visitantes y compradores locales, el alcalde expresó dudas y los usuarios de los buses aseguran que sus trayectos se volverán mucho más lentos.
"Va a ser más duro porque va a haber más tráfico y uno no va a poder pasar. ¿Cómo va a poder uno llegar a la casa si esto va a estar cerrado aquí y esta línea nada más para los buses?", se preguntó otro trabajador.
El Departamento del Transporte insistió en que está trabajando con la policía de la ciudad para asegurar que tanto los transeúntes como aquellos que se transportan en automóvil estén seguros.