Tras el anuncio del presidente Trump de priorizar ciudades santuario como Nueva York, Los Ángeles y Chicago en su plan de deportaciones masivas, muchos neoyorquinos dicen que ahora tienen aún más miedo de salir, trabajar y llevar una vida normal.

“Es una presión que tenemos constante diariamente, cada segundo cada minuto qué pasa, pero nada, tenemos que salir adelante y que sea lo que Dios quiera", dijo un repartidor.

“Está siguiendo los pasos de un dictador", dijo por su parte una vecina.

Trump hizo el anuncio a través de redes sociales, donde instruyó a ICE a “hacer todo lo posible” para implementar lo que llamó el programa de deportación masiva más grande de la historia.

Según el presidente, millones de inmigrantes indocumentados viven en las grandes ciudades, y su administración ahora enfocará los esfuerzos en detener y deportar a quienes residen en estos centros urbanos gobernados por demócratas.

Desde Nueva York, el alcalde Eric Adams reiteró que su administración no colabora con ICE en operativos civiles.

“A los neoyorquinos indocumentados les digo: vayan a las escuelas, a sus trabajos, a los lugares de culto. Si necesitan ayuda de la policía, deben recibirla", dijo el alcalde.

Desde California, el gobernador Gavin Newsom respondió señalando que el plan de Trump es claro: crear caos, militarizar ciudades, atacar a sus oponentes y tomar más poder.

“Es ilegal y no lo vamos a permitir.”, agregó el gobernador.

La alcaldesa de Los Ángeles Karemn Bass, también reaccionó diciendo: “Una vez más, la administración Trump está fabricando una crisis. Que no quepa duda: esto es ilegal, divisivo y va en contra de todo lo que representamos en Los Ángeles".

Esto ocurre tras semanas de operativos más intensos y luego de que su principal asesor, Stephen Miller, dijera que la meta es llegar a 3,000 arrestos diarios, frente a los 650 registrados al inicio de su segundo mandato.

“De verdad que hay muchos seres humanos que somos inmigrantes, que estamos en este país no haciéndolo malo, sino haciendo cada día este país mejor, para que este país salga adelante más en el futuro", dijo otro vecino.

Al mismo tiempo, el gobierno ordenó pausar redadas en sectores como agricultura, hoteles y restaurantes, tras preocupaciones de que su política migratoria afecte industrias clave para la economía.

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La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, dijo recientemente que el gobierno busca cumplir la ley sin ignorar la crisis de mano de obra en el campo, especialmente en la industria lechera y cultivos especializados. Señaló que se necesita una solución junto al Congreso.

Todo esto ocurre mientras las protestas contra las redadas migratorias se extendieron este fin de semana en el país.

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