“Que la ciudad de Nueva York pueda tener un impacto a lo que ha pasado aquí para que hagan cambios o cierren a Riker’s Island”.
Visiblemente conmovida, Madeline Feliciano, la abuela y guardiana de Nicolás Feliciano, ofreció declaraciones este lunes luego de llegar a un acuerdo con la ciudad por casi 29 millones de dólares.
El acuerdo con la ciudad se da tras una demanda interpuesta luego de que en noviembre de 2019 el joven intentará quitarse la vida en una celda de Riker’s Island ante la mirada e inacción de por lo menos 8 guardias del departamento de correccionales, como lo confirman sus abogados y se evidencia en una serie de vídeos de las cámaras de vigilancia.
Feliciano, quien hoy tiene 22 años, en aquel entonces tenía 18, y estuvo guindado por el cuello durante casi 8 minutos antes de que alguien lo socorriera. En consecuencia, sufrió daño cerebral severo que, de por vida, según los médicos, limitará su habla, memoria, entendimiento cognitivo, y su movilidad.
“Esto es una injusticia, lo que ha pasado aquí. Yo y mi familia tenemos que vivir con esto por el resto de nuestras vidas”, dijo Madeline.
"Durante el fin de semana, se publicaron varios videos a través del New York Times, que muestran la naturaleza horrible de los fracasos de Riker’s Island. Desafortunadamente, lo que le sucedió a Nicholas en muchos sentidos, les sucede a muchas personas en Riker’s Island. Y este caso es realmente emblemático de los fracasos de la ciudad para lidiar con su población encarcelada", dijo el abogado del caso David Rankin.
Feliciano fue enviado a la cárcel por una violación de la libertad condicional después de cumplir una condena en un centro de detención juvenil por robo.
Tiene un historial de enfermedad mental incluyendo una depresión crónica. Según su familia y sus abogados, el día que intentó quitarse la vida, había estado en una pelea que lo había alterado profundamente.
“Necesitamos una mejor manera de mantener seguros a todos los reclusos. Si vas a Riker’s Island, no debería ser una sentencia de muerte, debería ser un castigo en donde, además, quienes entran deberían salir como mejores personas, no peor de cuando ingresaron”, dijo George Carmoega, familiar.
“Los cargos que tienen estos guardias no justifica lo que le han hecho a mi nieto. El dinero no justifica lo que ha pasado aquí y ese dinero será para los médicos y las terapias y los servicios que él va a necesitar para el resto de su vida", agregó Madeline.
El fiscal de El Bronx presentó cargos por delitos graves contra tres de los guardias implicados y un capitán en 2022. El año pasado, dos de los guardias se declararon culpables de mala conducta oficial, un delito menor, y evitaron ir a la cárcel. Los casos contra el capitán y el oficial restante siguen abiertos.
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