“Aquí tienes.” Wow es como un mango.”// “En tiempos así donde está muy caliente afuera necesitamos estamos trabajando necesitamos algo tan fresco así.”
Hechas de frutas, crema y sabores naturales, las paletas La Newyorkina son las favoritas de muchos.
Fanny Gerson nació y se crió en México, llegó a nueva York a sus 21 años y empezó hacer paletas en 2010.
“Estos son los 3 sabores más populares, mango con chile, coco, y limon rosado que es con Jamaica”, explica.
Mientras llevaba dos trabajos como cocinera en un restaurante y en un hotel durante el día. Por la noche alquilaba una repostería en el Lower East side de Manhattan donde preparaba los helados. El primer día que empezó a vender.
“En cuestión de horas se acabaron todas las paletas que habíamos hecho para ese fin de semana y no podíamos creerlo”, dice Gerson.
Luego empezaron a vender helados en un carrito en el Highline en Chelsea.
Pero con la llegada del invierno el negocio quebró.
Gerson paro de vender paletas y pasó a trabajar en el negocio de Donuts en Brooklyn.
Y en 2012 abrió este local en Red Hook para nuevamente hacer paletas.
Gerson, quien se graduó del Instituto de Artes Culinarias de Nueva York y que ha escrito tres libros basados en investigaciones sobre los dulces mexicanos, dno habla de lo que las hace tan especiales…
“Es captar la escencia del colorido, del corazón de lo dulce en Mexico.”
Para Gerson, quien está casada y es madre de un niño, mantener este negocio no ha sido fácil.
En 2012 el huracán Sandy destruyó todos sus equipos y productos.
“Todo lo que había construido se había destrozado y no sabía si iba a poder salir adelante”, recuerda.
Por medio de donaciones de la comunidad pudo recolectar dinero para comprarse una máquina de hacer paletas. De ahí en adelante su negocio se volvió a levantar.
En 2016 su sueño de abrir un local en el West Village se hizo realidad.
“No podía ni creerlo. O sea era como niña chiquita con el sueño más grande hecho realidad como que ni te lo crees así literal, como pellizcarme”, señala.
Pero al igual que otros negocios, la pandemia llevó a su cierre permanente.
“Fue un momento sumamente doloroso y difícil porque fue ver derrumbar un sueño”, agrega.
Por tercera vez, Las máquinas de hacer helados se pararon nuevamente.
Para mantener el local, en medio de la pandemia, se asoció con organizaciones comunitarias para preparar comida que luego se donaban a los hospitales.
“Pasamos de hacer paletas y helados pasamos hacer tamales, guisados, chiles rellenos”
En 2021 cuando la ciudad empezó a recuperarse del Covid, volvieron a hacer helados.
“La cocina dejo de oler a chile y volvió a volver a tener su dulce aroma”, indica.
Y como un fruto dulce de la pandemia, Gerson alquilo en local Chelsea que llamo mijo. Ahí cocinan comida mexicana y vende sus helados.
“Tenemos este nuevo negocio que también es de todo el año.”
Ahora Gerson vende estas paletas en seis puestos y tiene alrededor de 40 distribuidores en la ciudad.
No me pude aguantar y tuve que probar una.
“Piña, piña… Wow”.
Estaba deliciosa. Esta pequeña empresa emplea casi a personas.
Sandra Reyes, empleada de la Newyorkina dice:
“Me encanta trabajar aquí porque somos como una familia.”
La meta de Gerson es vender estos helados en todo el país.
“La neoyorquina es algo muy personal para mi es algo que como que representa lo que es un como newyorquino es alguien que lucha es alguien que va en contra de la corriente, pero persiste”, culmina diciendo Gerson.