El inciendio del club nocturno Happy Land, hace 32 años, es el segundo siniestro con más número muertes en toda la historia de la ciudad de Nueva York. Y casi todas sus víctimas fueron inmigrantes hondureños.
El tiempo ha pasado, pero para Isabel Núñez Gamoneda, quien perdió a sus dos hermanos menores en este incendio, un 25 de marzo de 1990, parece que fue ayer: "Él llegó del trabajo y fue y abrazó a mi mamá y le dijo qué fría está. Y dijo, mamí aquí le traje unas frutas ya voy a venir, le dijo, que me vinieron a buscar".
Pero, Lenny Ernesto y Marco Tulio, de 17 y 23 años, nunca regresaron. Fueron dos de las 87 personas que no pudieron escapar del fuego y el humo asfixiante. Y ahora, un monumento en Crotona Park tiene inscritos sus nombres y de las otras victimas.
El incendio derivó del atroz acto cometido por Julio González, quien pretendía románticamente a la guardarropa del lugar. Pero tras ser rechazado pie ella, compró gasolina y, en un acto de furia, encendió el área de los abrigos.
La mayoría de las víctimas murieron intoxicadas al no encontrar escape, ya que el edificio solo contaba con una puerta.
"Cuando nos fueron a explicar nos dijeron que fue algo bien fuerte. Porque muchos quedaron con los vasos en las manos, ellos murieron en tres segundos", rememora Núñez Gamoneda.
De igual modo, esta hondureña recuerda que sus hermanos tampoco sufrieron quemaduras: "Como que estaban dormidos, ellos quedaron como que estaban dormidos".
Marco, el mayor de los dos hermanos, estaba estudiando mecánica de aviones en la universidad y también trabajaba en un supermercado. Lenny, estudiaba una secundaria cerca de donde ocurrió el incendio.
"Estudiaba en la Roosevelt, por eso fue; estaban celebrando un cumpleaños de 15 años de una compañera de ellos y por eso fue que murieron muchos menores de edad. Murió la quinceañera, una sola familia que eran nueve, de la muchacha que estaba cumpliendo años", detalla Núñez Gamoneda.
Posteriormente, ambos hermanos fueron sepultados en Honduras.
Y después de ocurrido este incendio fue que el gobierno municipal empezó a enviar un grupo de inspectores a los bares y clubes de la ciudad para asegurarse que estos lugares cumplan con las medidas de seguridad y condigos de incendio para evitar tragedias como esta.