El papa Francisco aprobó una ley que ordena a sacerdotes y monjas católicos de todo el mundo denunciar a las autoridades eclesiásticas todos los abusos sexuales del clero y los intentos de encubrir estos hechos por parte de sus superiores.

Se trata de una ley sin precedentes para que los líderes católicos asuman la responsabilidad de estos hechos.

Requiere que todas las diócesis ofrezcan un espacio confidencial donde las personas puedan reportar sus acusaciones.

Las víctimas de abuso y sus defensores dicen que la nueva ley  representa un avance, pero no lo suficiente porque no requiere que los delitos sean reportados a la policía. 

"Pero por qué a la iglesia, que puede ser la iglesia? Eso se reporta a la justicia, ¿no?, se preguntó una feligrés.

"Claro, está bien lo que el Papa está diciendo.  Porque todo esto de los abusos sexuales es como en diferentes instituciones, o sea siempre hay abuso, ya sea en institución de diferentes que no sean la iglesia católica", dijo otra católica entrevistada.

"Pues yo pienso que no es la alta jerarquía, porque hay mucha corrupción dentro de ellas. Yo pienso que debe de llegar a los tribunales", dijo otra mujer.  

La nueva normativa entrará en efecto el primero de junio.