"Yo decía: ¡Ay, Dios mío, qué lindo! Miraba por la ventana, sentía el aire, miraba a la pared y yo decía qué lindo, qué lindo, contentísima"
Catalina Ceri es una de las 200 personas de bajos ingresos que consiguieron un apartamento en el nuevo complejo San Agustín.
En la inauguración del inmueble ubicado en la calle 167 y construido por la organización de beneficiencia, Caridades Católicas, no faltó la bendición.
Catalina dice que llevaba cerca de 30 años sufriendo en complejos de NYCHA, pero que ahora vive en un lugar que la hace sentir digna: "Hice mi sueño americano, lo cumplí, satisfecha y agradecida con la Caridades Católicas porque es lo mejor que me pudo pasar en mi vida".
Y explica que ha cumplido su misión como madre al darle a su hijo un hogar confortable: "Contenta porque veo la sonrisa de mi hijo, él no me quería viviendo así".
El edificio aun cuenta con la campana de lo que algun dia fue una iglesia y que hoy se ha convertido en un alivio para personas de bajos ingresos.
En los próximos 10 años, otros terrenos donde se ubicaban iglesias católicas se convertirán en edificios habitacionales. La organización religiosa espera crear 1800 hogares más.
El presbítero Kevin Sullivan, es el director djecutivo de Caridades Católicas: "Nuestro trabajo en Caridades Católicas es trabajar con las familias con individuos que sufren pero para transformar sus sufrimientos a nuevas esperanzas".
Son 35 apartamentos tipo estudio de San Agustin los que se destinaron a personas con problemas mentales y que viven cuidados por especialistas..
"Nosotros estamos tratando de avanzar la dignidad de nuestros hermanos que tienen un poquito de problema mental para vivir en la comunidad con soporte, porque nosotros tenemos profesionales que están trabajando con ellos", explica Sullivan.
Las viviendas se ofrecieron a todos los neoyorquinos sin importar religión u origen étnico a través del sistema municipal de asistancia en la vivienda NYC Housing Connect.