Cada año miles de estudiantes aplican a una secundaria especializada en Nueva York. 

"No le vamos a mentir a nadie. Es una tarea larga y difícil, de mucho trabajo de mucho empeño, de mucho sacrificio", explicó Kathy Rivera.

Rivera no sabía que estas escuelas existían hasta que su hijo Sebastián le dijo que quería matricularse en una de ellas.

"Era la primera vez que yo oía 'Stuyvesant, Brooklyn Tech, Bronx Science', para mi eso era un idioma diferente, no era ni inglés o español", añadió la madre. 

Pero la reacción del colegio donde estudia Sebastián no fue de lo más positiva.

"Mis profesores estaban diciendo ¿'cuál colegio quieres ir'? Fui al internet y vi 'Specialized High School'. Mi madre fue al 'guidance counselor' y dijo que no podía ir", contó Sebastián.

"Mucha gente tiene la idea que los hispanos no podemos y para mi ese sentimiento se convirtió en un reto", agregó Rivera.

La familia de Sebastián decidió sacrificar sus vacaciones de verano e invertir 5 mil dólares en un programa de tutoría. Esto luego de pasar horas haciendo investigación en internet y realizando entrevistas en persona con diferentes lugares de preparación.

Para lograr esa meta de asistir a una secundaria especializada en Nueva York, Sebastián fue al a Kweller Prep en Queens que le dio las herramientas necesarias para cumplir ese sueño. 

Para Sebastián, un amante del boxeo que ha participado en numerosos torneos dentro del cuadrilátero, ese proceso también significó un gran reto.

Tuvo que dejar de lado los guantes y pasar largas horas estudiando después del colegio. Y en el verano dedicó unas 50 horas a la semana preparándose para el  examen SHSAT.

"Todos los jóvenes que quieren ir a una escuela especializada tienen que estudiar todo el verano, el examen es en octubre, los estudiantes no pueden estudiar en septiembre", explico Frances Kweller, fundadora de  Kweller Prep Tutoring.   

Para Sebastián y su familia el sacrificio valió la pena.

El joven de 13 años es apenas uno de 33 estudiantes hispanos que ingresarán el próximo año escolar a Stuyvesant High,  una de las secundarias más prestigiosas y competitivas de la ciudad.

"Él tuvo que hacer el doble de esfuerzo que los otros niños", aseguró la madre. 

Y a pesar de que aún no ha comenzado la secundaria, Sebastián ya está pensando en universidades y una carrera profesional como cirujano cardiáco. Y dentro del ring, las Olimpiadas del 2024 en París.