En esta tienda de tatuajes en la avenida Roosevelt, los clientes tienen un santo favorito: la Santa Muerte.

De acuerdo con Miriam Hernández, una artista del tatuaje: "Tenemos que creer en algo porque estamos en un país diferente, que todo es nuevo para nosotros, y nunca sabemos qué va a pasar aquí. Lo único que tenemos en la fe".

Hernández y Guillermo Escalona emigraron de México a Estados Unidos en las décadas de los ochenta y noventa, y desde hace 16 años realizan tatuajes en su tiendecita ubicada en la avenida Roosevelt con la calle 82 en Jackson Heigths.

Según ellos, la Santa Muerte es uno de los símbolos, junto a la Virgen de Guadalupe, que más pide la gente que va a tatuarse.

Una imagen con la guadaña y el mundo en su mano es el tatuaje más popular de la Santa Muerte.

La Santa Muerte muchas veces está asociada a una promesa por algo que se le pide y tatuársela sobre la piel vendría a ser ese acto de agradecimiento.

Así lo explica Guillermo Escalona: "Mucha gente le promete a la Santa Muerte y, entonces, por haberle otorgado el favor que le pidieron, ellos vienen y se la tatúan en su piel por agradecimiento hacia ella".

Los devotos a la Santa Muerte son mayormente mexicanos pero recientemente ha habido un auge de otras nacionalidades, explicaron estos artistas.

El culto a la Santa Muerte comenzó en México y en las últimas décadas se le conoce como parte de la cultura del narco.

La Iglesia Católica y otras iglesias rechazan la adoración a la Muerte.

Para Ismael García, antropólogo del Sistema Universitario de la Ciudad de Nueva York (CUNY), es un reflejo de la realidad social y política en Latinoamérica: "La Santa Muerte es parte de la realidad que viven las personas en nuestros países, donde hay alta incidencia de violencia y se enfrentan a la posibilidad de morir diariamente".