Aunque Venecia López es dominicana, en los último 9 años ha disfrutado de la tradición de comer la Rosca de Reyes el seis de enero, en parte debido a que su esposo es Mexicano.

"Viviendo en México, con él aprendí a amar la tradición de la rosca de reyes. En casa con él y sus papás nos sentamos todos juntos en la mesa a tomar chocolate, a comer rosca de reyes y a tener grandes conversaciones", contó López.

Y a días de esta importante celebración, Venecia vino por su Rosca de Reyes a la pastelería Mexicana Tulcingo de Corona Queens.

En la panadería los empleados no dan abasto con la demanda. La pastelería, que lleva más de 25 años en ese vecindario, vende entre 3 mil a 4 mil Roscas de Reyes entre el 2 a 6 de enero. 

La fila de clientes en busca de roscas, explicaron, llega generalmente hasta la calle. Los empleados tienen que trabajar horas extras y casi durante toda la noche para que nadie se vaya con las manos vacías. 

"Si vemos que la gente se queda satisfecha y alcanzó todo, nosotros nos quedamos contentos porque quedamos bien con nuestros clientes", dijo Iván Bravo, gerente de la Panadería y Pastelería Tulcingo Bakey. 

La Rosca de Reyes es un pan dulce horneado en forma circular que contiene frutas secas como el higo, acitrón, y otros ingredientes. La tradición comenzó en Francia en el siglo 17, pasó a España y luego fue adoptado en México. Simboliza el dia que los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar ofrecieron regalos al niño Jesús en su nacimiento. 

"Es importante para unir a la familia, compartir y comer con chocolate caliente", dijo otra cliente de la panadería. 

Durante su preparación, a la masa de harina con levadura se le echa sabor naranja, vainilla, azúcar y un poco de sal. Después se estira la masa, se colocan los muñequitos plásticos que simbolizan al niño Jesús y se le da la forma ovalada. Luego se unta yemas de huevo, la galletas y las frutas y se hornea por 30 minutos a una temperatura de 320 grados.

Y según la tradición, quienes encuentren este muñequito plástico al morder la rosca, se convierten en los padrinos del niño Jesús, y se comprometen a comprar tamales en una reunión que se realiza el 2 de febrero.

"Es especial, no nada más para los mexicanos, sino que ahora, ya viene siendo que no nomas los mexicanos nos reunimos, ahora ya están americanos, ya gente de otros países que también lo acostumbran ahora", agregó Bravo.