El gobernador de Puerto Rico Ricardo Roselló interpreta los resultados del referéndum del domingo como una victoria.
"Los puertorriqueños estamos enviando un mensaje fuerte y claro al mundo", aseguró Roselló.
Pero pocos comparten su lectura.
Ni los partidos opositores en San Juan...
"Este proceso fracasó", dijo un político.
"El gran perdedor es Ricardo Roselló", aseguró el vocero del Partido Popular Democrático.
ni la congresista de Nueva York Nydia Velázquez.
"Esto fue un fracaso, no hay forma de describirlo. Un fracaso político".
Abrumador margen de votos por convertir Puerto Rico en el estado 51 de la Unión: un 97 por ciento.
Eso sí... tres de cada cuatro electores se quedaron en casa.
"Lo que demuestra es que la gran mayoría de Puertorriqueños boicoteó este referéndum", dijo la congresista Velázquez.
Un boicot que fue promovido por toda la oposición al gobierno del Partido Nuevo Progresista.
"En este caso, el problema no es tanto que no se puede traducir el resultado sino que es evidente que no es representativo de la población y que algo falló en el proceso", explicó Frances Negrón, académica de la Universidad de Columbia.
Se trata de uno de los índices de participación más bajos de la historia de Puerto Rico.
Aún así, Roselló se dispone a viajar a Washington para dar cuenta del resultado y pedir al gobierno de Estados Unidos que actúe.
El portavoz de la Casa Blanca dice que el proceso tendrá ahora que pasar por el Congreso.
Es la quinta ocasión que los puertorriqueños se pronuncian sobre el tema, sin que Washington se haya comprometido nunca a ejecutar su resultado.
Esta vez, el Departamento de Justicia pidió un cambio en la pregunta para incluir entre las opciones el estatus actual.
"En distintas formas en todos los plebiscitos se ve ese tipo de manipulación para que se quede Puerto Rico exactamente como está, ya que tanto la estadidad como la independencia representa ciertos retos al poder de Estados Unidos hacia Puerto Rico", añadió Negrón.