“Wao, yo pude haber muerto ese día, verdad. ¿Qué sería entonces de mis familiares? ¿Qué hubiese pasado?”, se pregunta Ricardo Negrón Almodóvar.

Son cuestiones que regresan cada 12 de junio, recordándole que hay heridas que nunca sanan del todo.  

Desde aquella noche, su vida quedó marcada para siempre.

 

 

“Esto te toca a unos niveles emocionales que tal vez en aquel momento yo no estaba preparado para atender”. agrega Negrón Almodóvar.

Ricardo fue una de las cerca de 300 personas que, la noche del sábado 11 de junio de 2016, llegaron a la icónica discoteca gay Pulse, en pleno corazón de Orlando.  

Era la celebración de la tradicional Noche Latina, que cada sábado reunía a la comunidad para bailar y compartir.

“Por aquí no se podía estar un sábado sin que la música, literalmente, saliera. Eso es algo que recuerdo. Ahora mismo, estando contigo, es como si estuviese escuchando la música del lugar. Era un lugar tan vivo porque nuestra comunidad era una comunidad viva y por eso veníamos aquí, ¿verdad? A estar felices y a compartir”, explica.

La felicidad y la música quedaron sepultadas bajo el fuego de las balas cuando Omar Mateen, de 29 años, entró a la discoteca la madrugada del domingo 12 de junio y abrió fuego indiscriminadamente.  

Fue una de las masacres más mortíferas en la historia del país, cobrando la vida de 49 personas y dejando heridas a 53 más.

“Recuerdo que yo estaba en el área de la barra cerrando mi cuenta, cuando de repente se escuchan esos sonidos que suenan como detonaciones iniciales, pero todavía había música y se escuchaba como lejos… Hasta que la música y de repente un silencio y el silencio cambia a ser personas gritando”, dice.

Ricardo logró escapar por una puerta trasera cercana a la barra. Tres horas después, en medio de un intercambio de disparos, el atacante fue abatido.

 

Exterior de la discoteca Pulse visto el 9 de abril de 2024. La ciudad de Orlando compró el lugar a finales de 2023 y planea construir allí un monumento conmemorativo permanente. (Spectrum News/Benjamin Boocker)

 

 

La investigación del FBI concluyó que Omar Mateen actuó solo y el caso quedó oficialmente cerrado.

Hoy, nueve años después, Ricardo sigue adelante.

Es cofundador de una organización que apoya a la comunidad LGBTQ de la Florida Central y ha aprendido a convivir con la herida invisible que dejó aquella noche.

“Yo, lo que quisiera es ya que la comunidad tenga el espacio que merece. Han pasado tantos años, tantas ideas, tantos planes, tantos gastos… y nueve años luego no se ha visto ni un ‘breaking ground’, como se dice… No se ha puesto ni el primer bloque de lo que será el nuevo lugar”, sostiene Negrón Almodóvar.

Recientemente, el condado Orange aprobó la otorgación de cinco millones de dólares a la ciudad para dar paso a la construcción formal del memorial de Pulse. Un espacio que busca honrar a las víctimas y recordar que el amor y la solidaridad siempre prevalecen.

Estamos viendo tal vez por una de las últimas veces este lugar de pie, tal cual lo dejaste cuando pasó lo que ocurrió. ¿Cómo te sientes? pregunta Vélez

“La verdad es que va a ser algo bien impactante en el momento en que ya no esté, pero creo que es necesario”, contesta Negrón Almodóvar.

En Orlando, Jorge Vélez / Spectrum Noticias.

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